Una verdadera orgía regada con abundante bebidas alcohólicas había sucedido durante la despedida de guardiacárceles en el albergue “Casa del Obispado”, ubicado en el km 11, lado Acaray, de Ciudad del Este.
Los propios militares de la 3ª División de Infantería que custodian el albergue transitorio habían dado la autorización para la farra y desenfreno.
La despedida habría sucedido entre la noche del jueves y la madrugada del viernes pasado.
El sargento primero de Infantería, Rubén Cardozo, se encontraba de turno y a cargo del custodio del albergue. También tuvo activa participación una reservista que prácticamente reside en el albergue, como encargada, según nuestro informante.
Para la despedida fueron contratadas varias trabajadoras sexuales. También se adquirieron bebidas alcohólicas, cervezas Brhama en botella y vino Uvita en cartón. Cada vez que terminaba las cajas de cervezas o vinos, se surtían de una despensa cercana al albergue.
Los protocolos sanitarios como el uso del tapabocas, lavado de mano y distanciamiento social para evitar el contagio de Covid-19, fueron ignorados olímpicamente.
Los guardiacárceles que ingresaron en el albergue para cumplir la cuarentena obligatoria luego del contagio masivo en la Penitenciaría Regional, chuparon “como condenado” como se dice en el lenguaje popular.
Se turnaron con los militares para tener sexo con las damas contratadas. Según nuestra fuente, escucharon música y bebieron hasta las primeras horas del viernes pasado. Después todos se retiraron a sus casas.
En las habitaciones del albergue transitorio quedaron los envases de cervezas y cartones de vinos. Preservativos usados y el desorden reinaba en el lugar.
Mientras en los albergues existen farras, muchos de los ciudadanos de Alto Paraná desde hoy vuelven al confinamiento estricto ante la propagación del coronavirus y el colapso del sistema de servicio público de salud.
Así de triste toca para algunos la pandemia. Mientras otros pocos pueden hacer farras y hasta orgías.
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