Editorial

Los temerosos a la transparencia

El intento de llevar cualquier investigación legislativa, fiscal o ciudadana, sobre malos manejos del dinero público, hacia una cuestión política persecutoria, no es más que delatarse sobre asuntos no precisamente de transparencia. La gente percibe con claridad intentos por defender lo indefendible. Hace un buen tiempo que en Ciudad del Este está de moda la idea que todo intento de transparencia sea catalogado como de gente mala, de colorados, de Cartes, de la lluvia, del sol o de los extraterrestres.

Existen elementos claros y contundentes por aberrantes acciones que son suficientemente consistentes como para que mínimamente se prosiga con investigaciones a autoridades de la Municipalidad de Ciudad del Este, madriguera de marginales vestidos de corderitos. Las denuncias son suficientemente coherentes, por lo que no se trata de una cuestión meramente política. La incoherencia tremenda que sí es palpable, indisimulable y hasta incuestionable, la experimentan los “perritos” de este grupo que se desenvuelven en la inmundicia, con tal de no perder privilegios.

La exigencia de transparencia jamás será de mala intención. Quiénes temen a la transparencia? Pues los que no precisamente tienen las manos limpias. Las investigaciones deben darse periódicamente, por lo que blindarse con mayorías ciegas hasta a insignificantes pedidos de informes, dan más sustento a que “algo pasa” en las cuestiones de manejo del dinero público. En vez de buscar pretextos para no ser investigados, y multiplicar chicanas, los involucrados en presuntos hechos irregulares en la comuna esteña, deberían someterse enteramente, sin sobresaltos o cuestionamientos a cualquier investigación.

Aunque resulta poco probable que alimañas caminen por propia voluntad a la “hoguera” por sus crímenes. No es de extrañar la conducta de los grandes “pro-hombres”, teniendo en cuenta que de empalagosas publicidades sobre transparencia y honestidad, cuando viene un pequeño pedido de informe se rasgan las vestiduras. No se puede cuestionar un intento de investigación, si solo apuntará a confirmar el buen manejo que se hace de la cosa pública. Prieto debería estar más que satisfecho al ser objeto de alguna eventual investigación, pues solo confirmaría su gran “honestidad”.

Ningún medio de comunicación debería ser tachado de “resabio” o mercenario, sencillamente por publicar irregularidades. Las explicaciones deben ser coherentes y reales, documentadas, no cubiertas con fantasmas de persecución. Lejos se está de lo que tanto se alardeó como sobresaliente gestión, y cimiento para aspirar a cargos superiores. Antes que atacar a opositores, deberían preocuparse por transparentar toda gestión. Ninguna agresión política tendrá vigencia por sobre la ley. De la misma manera, de confirmarse irregularidades, la sanción deberá ser severa y conforme a Derecho, sin contemplaciones.

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